“…Actualmente el problema de salud pública ocasionado por la COVID-19 ha afectado emocionalmente a muchas personas, siendo los efectivos policiales uno de los colectivos que acumulan mayores factores de riesgo por las exigencias laborales que realizan, como imponer restricciones de viaje (Shirzad et al, 2020), entre otros aspectos del orden público a los que tienen que hacer frente, ocasionando problemas en su salud mental, tales como el estrés (Sheard et al, 2019) (Caycho-Rodriguez et al, 2020). Las fuerzas policiales constituyen un eje importante en la sociedad, porque son los encargados de mantener el orden público y luchar contra la delincuencia (Grompone et al, 2021), trabajando turnos extensos, enfrentando diversas amenazas, lo cual puede implicar altos niveles de estrés, pudiendo resultar afectada su salud mental, lo cual es muy importante por las repercusiones negativas derivadas de ello hacia su propia persona, su familia y la ciudadanía, que son objeto de su protección y seguridad(Soae-Freue, 2020) , (Lázaro-Pérez et al, 2020) Así mismo, existe evidencia científica que sitúa esta 279 profesión de sufrir problemas de salud mental (Guo et al, 2020) e inclusive Síndrome de Burnout, teniendo repercusiones a nivel emocional, cognitivo, comportamental, social y laboral (Hernández-Corona et al, 2021 (Roberts et al, 2021) Una investigación que abarcó la revisión de 67 estudios en 24 países de Europa y América del Norte, pudo encontrar que existe prevalencia de problemas de salud mental en funciones policiales, donde el apoyo social es deficiente, ocasionando estrés ocupacional e inadecuadas estrategias de afrontamiento de situaciones negativas (Syed et al, 2020).…”