“…Las primeras investigaciones arqueológicas del valle del río Negro se dieron a conocer en la segunda mitad del siglo XIX (Strobel, 1867;Moreno, 1874), pero no se habían realizado prácticamente investigaciones sistemáticas en la región hasta hace poco tiempo. Aunque el volumen de información creció significativamente a partir del año 2007, principalmente en aspectos vinculados con la economía y la explotación de recursos faunísticos (Prates & Acosta Hospitaleche, 2010;Prates et al, 2010a;Mange et al, 2013Mange et al, , 2016Mange, 2019; entre otros), el consumo de recursos vegetales (Capparelli & Prates, 2010, 2015Prates et al, 2019), el uso del espacio (Luchsinger, 2006;Prates, 2008;Mange, 2019) y la biarqueología (Prates et al, 2010b;Serna & Prates, 2012;Serna, 2018;Serna & Romano, 2018), el estudio tecnológico de los artefactos líticos picados y/o abradidos (sensu Matarrese, 2015) ha sido prácticamente nulo. Los únicos estudios específicos vinculados con esta línea son el de Orlando (2009), enfocado en la distribución espacial y las fuentes de materias primas para la confección de los artefactos de molienda en un sector de la costa Norpatagónica, y el de Saghessi (2020), en el cual se analizaron artefactos de molienda y otros artefactos picados y/o abradidos del sitio arqueológico Loma de los Muertos ubicado en el valle medio del río Negro.…”