“…De igual modo, no cabe duda que, en las últimas décadas, se ha avanzado mucho con el desarrollo de distintas investigaciones centradas en analizar variadas dimensiones del patrimonio en el ámbito escolar: tesis doctorales como las de Cuenca, 2002;Ferreras, 2015;López Arroyo, 2017o Lucas, 2018; o proyectos de I+D+i como "Patrimonio y enseñanza de la Historia", desarrollado en la Universidad de Murcia 2 , que han tratado desde el uso dado al patrimonio por los docentes para enseñar historia (Molina y Ortuño, 2017), hasta la relación existente entre museos y centros escolares (Estepa, 2013). Sin embargo, la mayor parte de acciones y de investigaciones sobre la influencia del patrimonio en el campo educativo continúan poniendo el acento en el ámbito de educación informal o no formal (Asensio y Pol, 1999), y considerando como principal finalidad de su uso el conocimiento y disfrute del elemento patrimonial (Mattozzi, 2001), y no tanto su dimensión como fuente primaria y recurso claramente relacionado con los contenidos escolares.…”