“…Al contrario de lo que ocurre en otros ecosistemas serpentínicos mediterráneos, como los que podemos encontrar en Italia (Chiarucci & De Dominicis, 1997;Ferrari et al, 1993), Albania y Grecia (Stevanovic et al, 2003), Marruecos (Manthei, 2012) o Portugal (Sequeira & Pinto da Silva, 1991), profusamente estudiados desde hace décadas, la vegetación ultramáfica de Sierra Bermeja presenta todavía algunas carencias en su conocimiento científico a pesar, no obstante, de haber motivado el interés de determinados botánicos. En este sentido, trabajos como los desarrollados por Asensi et al (2004), Brooks et al (1995), Gavira & Pérez-Latorre (2003, Gómez-Zotano et al (2014), Pérez-Latorre et al (2013), Rivas-Goday (1969) y Rufo et al (2005), sentaron las bases para el conocimiento de los endemismos serpentinófitos y su conservación, así como para la comprensión del efecto de los metales pesados de los suelos serpentiníticos en la flora bermejense, a partir de diversos estudios de fisiología vegetal. Sin embargo, a nivel paleoecológico las investigaciones son prácticamente inexistentes, hecho que podría explicarse dada la insuficiencia de registros sedimentarios encontrados hasta el momento en el sector meridional español, al contrario de lo que ocurre en otros territorios ibéricos situados a una latitud más alta (López & López, 1994).…”