“…Esta permitía, si bien todavía con imprecisiones, "editar" (es decir: identificar, cortar y/o reparar) un target o localización específica de la cadena de ADN. Rápidamente, y debido en parte a los bajos costos y a la relativa "facilidad" en su aplicación, la técnica de edición genómica, específicamente CRISPR-Cas9, comenzó a ser aplicada para la modificación de vegetales y plantas primero; luego de mosquitos y roedores; después, de grandes mamíferos, y más recientemente se utilizó en estudios experimentales de tratamientos para la enfermedad de Parkinson (Mehmood et al, 2021) y para algunos tipos de cáncer -con el objetivo de maximizar la personalización de las aplicaciones terapéuticas (Baliou et al, 2018)-; en estudios sobre Alzheimer, desórdenes hematológicos, entre muchos otros.…”