La enfermedad celiaca es una patología sistémica autoinmune, en la cual la ingesta de gluten en personas con susceptibilidad genética se desencadena una respuesta inmune, causando manifestaciones clínicas no solo a nivel gastrointestinal, sino también sistémico. Su prevalencia e incidencia han ido en aumento y es un importante diagnóstico en la población pediátrica. Debido a que la enteropatía llevará a problemas como malabsorción, pérdida de peso y deficiencias nutricionales, se debe tamizar a los grupos de riesgo y también a los niños con clínica compatible con la enfermedad, para evitar grandes consecuencias en su desarrollo, y mayores complicaciones. El diagnóstico se basa en la sospecha clínica, el uso de serologías, y en algunos casos, la toma de biopsias y/o las pruebas genéticas. Una dieta libre de gluten es la medida más importante para lograr la resolución de los síntomas y la normalización de la arquitectura intestinal.