Centroamérica ha sido concebida históricamente como un territorio unificado desde una perspectiva de la homogeneidad tanto por sus rasgos ambientales e incluso por algunos rasgos socio-culturales entre sus naciones. Con un desarrollo económico reciente, debido a los acontecimientos políticos que asolaron a la región, son diversos los intentos por reforzar los lazos entre países. Bajo este supuesto, la Ruta Colonial y de los Volcanes surge como propuesta de integración turística, sin embargo, el turismo tiende a generar su propia territorialidad, escenario que no resultó propicio para la integración regional centroamericana. El objetivo de este artículo es revelar la conformación territorial de Centroamérica como producto turístico, por lo que se realiza una aproximación a los nodos que conforman la ruta desde una tipología de los espacios turísticos. Desde esta postura teórica se revela la forma en que los nodos generan lazos territoriales sólo con algunos de sus homólogos al interior del istmo.