“…(Actis, 2014, p. 198-199) Desde 2003, la autonomía adopta otra topología, por así decirlo: Vigevani y Cepaluni (2007) llamaron 'autonomía por diversificación' a la desagregación de opciones estratégicas, que multiplican las alianzas. La dinámica no implica necesariamente resistir al avance de los regímenes internacionales por medio de la afirmación soberana y el fortalecimiento endógeno de mercados internos (como había sido durante la dictadura), sino que es, en realidad, proclive a los regímenes internacionales, y asume la posibilidad de influenciar sus principios y normas, a través de alianzas con otros países en desarrollo y así cambiar la asimetría con el mundo desarrollado (Actis, 2014) por evitar todo alineamiento con hegemones (de cualquier alcance). Para el caso de la administración Da Silva, esto implicó las alianzas Sur-Sur, las regionales, los acuerdos con aliados no tradicionales como Asia Pacífico, África, Europa Oriental, China.…”