“…Dado lo anterior, se trata de un período lleno de desafíos para cualquier madre, los que pueden acentuarse cuando el proceso no se desarrolla de manera fisiológica o cuando ciertas prácticas del equipo de salud interfieren en él 8,14,15 La experiencia materna de amamantar al hijo se constituye en una vivencia cargada de emociones contradictorias, ya que por una parte la madre espera sentirse feliz con su llegada, pero por otro lado comienza a experimentar emociones negativas hacia ella misma, sus cercanos y a veces hacia su propio niño, en situaciones en dónde las cosas no se dan como ella y su entorno esperaban, escenario que se presenta por ejemplo, cuando la madre tiene dificultades con el amamantamiento 9,16 Los sentimientos de angustia, estrés emocional, cansancio físico y psicológico, se develaron en este estudio como protagonistas, al inicio de la vivencia en la dificultad para amamantar al niño, lo que coincide con lo encontrado en otras publicaciones [17][18][19] . Coincidente con esta investigación, estudios seña-lan que la decisión de amamantar y el deseo de hacerlo a pesar de las dificultades, se basa en la convicción de que la LM es lo mejor para el niño.…”