En la primavera de 2015, UC (Universidad de California) Davis invitó al artista del performance Guillermo Gomez-Peña a colaborar en una pieza llamada Glitchbody / Nanostalgia [1454-2015]. Glitch intentó involucrar tecnologías de vigilancia social como Google Glass con las carnes, movimientos e imaginarios de cuerpos humanos. La performance final fue precedida por una semana de juegos y talleres intensivos, un ensayo realizado en colaboración con muchos de la comunidad de UC Davis. Este documento comienza repitiendo el marco que Glitchbody promulgó: uno que separaba el juego afectivo e improvisatorio del espacio de ensayo de un más representacional y en ocasiones fetichista, despliegue de tecnología en el performance. Al segregar los procesos para desarrollar el trabajo en el ensayo de las tecnologías digitales y conexiones en red que formaron tanto la ocasión para, como la atmosfera del performance, éste enmarcó la tecnología en un modo “prostético”, descuidando el potencial incorporado y las consecuencias materiales de los medios digitales. En este escrito, yo argumento que las nuevas tecnologías mediáticas, además de ser parte del medio (milieu) socio-situado para el performance, deben ser vistas como cuerpos con los cuales contender e improvisar.
Performance jams’ son las metodologías pedagógicas desarrolladas por Gómez-Peña (2011) en conjunción con el colectivo transdisciplinario de arte “La Pocha Nostra”. El jam es utilizado para germinar nuevas ideas, imágenes y personas para la noche del performance final. En estos espacios de improvisación, cuerpos entrenados de formas distintas se tocan y se mueven entre sí de maneras innovadoras. Al interceptar pensadores como Lipsitz (2013) y Goldman (2007) con trabajos de estudios de los medios sobre prótesis (Sobchack, 2004) glitches (Krapp, 2011), y estudios de la ciencia y la tecnología sobre materialidad (Rubio, 2014), yo argumento que la necesidad política de la improvisación tanto en las artes como en el activismo debe incluir una nebulosa más amplia de contacto y del tocar que incluye cuerpos no humanos y escalas de tecnologías digitales. Involucrar la tensión superficial que existe a los bordes de la piel y la pantalla requiere que atendamos a cómo las prácticas de ensayo excluyen posibilidades a través del enmarcar la tecnología fuera de las técnicas.