El objetivo de este artículo es el de dialogar con el libro reciente de Antonio Diéguez titulado Transhumanismo. El transhumanismo (TH) es una moda intelectual que propone la transformación de los seres humanos mediante diversas tecnologías. Diéguez hace una exposición muy esclarecedora, informada y justa de lo que es el TH, tanto en su vertiente bio, como en vertiente info. Ante las propuestas transhumanistas, Diéguez adopta una posición muy sensata. Sostiene que hay que huir tanto de la tecnofobia como de la tecnofilia acrítica. No deberíamos ni aceptar ni rechazar en bloque los proyectos antropotécnicos, sino que deberíamos juzgarlos de uno en uno (sección 1). Para hacer este cribado se requiere, obviamente, un criterio. Diéguez descarta que la fuente de dicho criterio pueda ser la noción de naturaleza humana. Propone, a cambio, que nos inspiremos en las ideas de Ortega, para quien-recordemos-"el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene… historia" (2004-2010, VI, 72). Coincido plenamente con Diéguez en la necesidad de juzgar las antropotecnias de una en una, pero discrepo con su apreciación tanto del concepto de naturaleza humana, como de las ideas de Ortega. La filosofía de la técnica de Ortega-original y sugerente como es-resulta a la postre inoperante, ya que está lastrada por una antropología anti-naturalista (sección 2). Por otra parte, La interpretación que hace Diéguez de la noción de naturaleza humana es-por decirlo en breve-platónica (sección 3). Pero este concepto admite también una interpretación aristotélica, bajo la cual se erige en la mejor fuente de criterio para cribar las antropotecnias (sección 4). Por último, las conclusiones del artículo aparecerán resumidas en la sección 5.