La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una patología crónica cuyo abordaje se cimienta sobre dos pilares fundamentales. En primer lugar, el tratamiento farmacológico, cuya elección se basa en los distintos condicionantes clínicos del paciente y en los beneficios cardiovasculares demostrados de dichos fármacos, y, en segundo lugar, el no farmacológico, principalmente dieta y ejercicio. Este último se vio afectado por la pandemia mundial de SARS-CoV-2, ya que se estableció un período de confinamiento domiciliario para evitar la dispersión del virus que modificó la rutina y el estilo de vida de la población; todo ello pudo conllevar un empeoramiento en el control metabólico de estos pacientes. Por otro lado, los pacientes con DM2 con mal control tienen una mayor susceptibilidad a padecer infecciones y que estas, además, sean de mayor gravedad. El buen control metabólico de nuestros pacientes con DM2 es fundamental para tener un sistema inmunitario fuerte con el fin de evitar infecciones y las complicaciones micro y macrovasculares asociadas a la diabetes mellitus.