“…Por último, la rápida expansión de programas sociales "focalizados" que promueven la salud y la educación también deberá evaluarse en términos de equidad de la movilidad social, aunque sus efectos todavía no son observables. 5 Los hogares compensaron parcialmente el descenso salarial real con el aumento de la participación laboral de las mujeres y de los jóvenes (González de la Rocha y Escobar, 1986; González de la Rocha, 1988; de Oliveira, 1988;Selby, Murphy y Lorenzen, 1990;De Barbieri, 1989;Cortés y Rubalcava, 1991;Tuirán, 1993; González de la Rocha, 1994, pp. 136 a 139; Escobar y González de la Rocha, 1995;Hernández-Licona, 1997, pp.…”