“…Otro estudio acerca de las actitudes sobre el uso de la narrativa gráfica es el que realizaron Anand, Kishore, Ingle y Grover (2018), en la India. El estudio no se centra en los docentes sino en la percepción de los estudiantes de medicina y enfermería, quienes mostraron una alta disposición (77.9%) para que se incluyera la narrativa gráfica en la enseñanza de la medicina, específicamente en materias como anatomía o medicina comunitaria.En el caso de las disposiciones de docentes que enseñan lengua y literatura, encontramos trabajos en los que el uso de la narrativa gráfica se enfoca a diferentes objetivos, por ejemplo: mejorar la comprensión lectora (Urgilés, 2018; Piza, 2018), mejorar la atención dispersa de los alumnos (Bravo y Guamán, 2019), enseñar a escribir relatos (Román, 2018), fomentar la lectura en general y de los clásicos (Granda, 2018; Vila, 2019), y la enseñanza-aprendizaje de la escritura y lectura en segunda lengua y lengua extranjera(Charléne y Soto, 2017;Cabrera, Castillo, González, Quiñonez y Ochoa, 2018;Sousa y Silva, 2020).En cuanto a la disposición de incorporar la narrativa gráfica al habitus del docente encontramos investigaciones enfocadas en los futuros profesores como los trabajos de Ballester e Ibarra Rius (2019), quienes evaluaron las prácticas lectoras y cómo el cómic se encontraba presente en ellas. O bien, el trabajo de Cook y Sams (2018), quienes a través de una investigación acción incorporan en educadores en formación el consumo y producción de la narrativa gráfica.…”