“…La vivencia de la infidelidad ha sido considerada un trauma (Coop et al, 2005;Fye y Mims, 2019;Heintzelman, Murdock, Krycak y Seay, 2014;Hall y Fincham, 2006;Khojastehmehr y Abbaspour, 2019;Leone, 2013;Scuka, 2015;Sodani, Gholammohammadi, Verdesoto, Villacís, y Franco, 2019) que pone en evidencia la fragilidad de lo humano y del fenómeno relacional, debido a que interroga la permanencia del vínculo. La palabra trauma viene del griego "τραῦμα" (traûma), que significa herida.…”