“…La literatura sugiere que el capital intelectual es uno de los enfoques para maximizar el uso de los activos de conocimiento de las universidades, bajo el entendido que inventariar recursos intangibles y generar indicadores de su existencia y evolución mejoran el desempeño de las universidades en materia de resultados de investigación (Cricelli et al, 2018). La mayoría de estudios se ha realizado en universidades europeas a partir de información secundaria, y se enfoca en generar metodologías para la construcción de indicadores de capital intelectual que tradicionalmente lo desagregan en capital humano, relacional y estructural (Ramírez et al, 2011;Ramírez y Gordillo, 2014;Secundo et al, 2015). En ese orden ideas, los resultados de investigación de las universidades dependen del inventario de capital humano que incluye número de doctores, de profesores de tiempo completo, entre otros aspectos; también, de capital estructural que alude a los recursos financieros, al número de artículos científicos, de programas académicos de pregrado y posgrado, y de grupos de investigación; y de capital relacional que incluye la movilidad estudiantil o profesoral, entre otros indicadores (Cricelli et al, 2018).…”