“…Sí, cansada porque hasta las 12 de la noche yo estaba con el niño cuidándolo y el niño no dormía, tenía una energía grande (Cecilia, La Paz, 2018) Los registros emocionales comienzan a manifestarse corporalmente, dando cuenta de cómo las mujeres generan un agenciamiento (Domínguez y Contreras, 2017) que se despliega contra determinados procesos de subjetivación (sufrimiento, explotación), para alcanzar metas establecidas, característicos de una subjetividad con inconsciente capitalista-patriarcal y colonial. Pero ninguna resistencia es sencilla, menos cuando las violencias circulan en una microfísica tan invisible (Butler, 2002), como las estrategias de resistencia para enfrentar el COVID a pesar de la acción política que distribuye desigualmente la seguridad de ciertas vidas, con una biopolítica arbitraria.…”