“…Al evidenciarse en este estudio una tasa de mortalidad más baja, posiblemente debido a la conciencia de la importancia de los medicamentos, así como el aumento de las redes de asistencia, entre otros factores. Desde su descubrimiento, el SIDA se ha constituido como una enfermedad que va más allá de los límites de la dimensión biomédica: caracterizada como una patología clínica incurable que conduce a la muerte, también ha entrado en los campos psicológicos y sociales, lo que significa que la experiencia de enfermarse está cargada de prejuicio, discriminación, miedo, violencia, soledad, incertidumbre, desempleo, pobreza, prostitución y desigualdades de género (10). La incidencia en niños menores de cinco años fue mayor en 2002 con 5,28 % y más baja en 2008 con una tasa de 1,08 %, un promedio anual de 2,65 %.…”