“…una explicación general a la relación entre el optimismo y la salud física está orientada a aspectos conductuales que intervienen en ésta, como mejor disposición al tratamiento, mejor manejo de los desafíos físicos, mayor sensación de autoeficacia y comportamientos más saludables que contribuyen a la mejoría del estado de salud física (Williams, Davis, hancock y Phipps, 2009). Contrario a lo antes expuesto, existe evidencia que propone que el optimismo puede generar prejuicios sociocognitivos que alteran la percepción de riesgo de los niños y niñas, generando una falsa sensación de seguridad que pudiera exponer la salud física y psicológica de éstos (Joshi, Maclean y Stevens, 2018;Metzger, Flanagin y Nekmat, 2015). Es en este sentido, que la psicología de la salud -espacio donde mayormente se han desarrollado estudios en este ámbito -debe poner su atención para desarrollar planes de apoyo o intervenciones más completas.…”