“…Estas herramientas han permitido estudiar la interacción entre grupos humanos y territorio a todas las escalas, y son numerosos los trabajos que han usado la aproximación para estudiar la conectividad a escala continental (Carreras y De Soto, 2013;Fort et al, 2015;Rubio-Campillo et al, 2018), así como para explorar la movilidad en regiones arqueológicas compuestas por decenas de yacimientos a través de tierra y mar (McLean y Rubio-Campillo, 2022;Murrieta-Flores, 2012;Yubero-Gómez et al, 2015). La diversidad de materiales elegidos como proxies de dinámicas de movilidad y contacto entre grupo humanos es también elevada, e incluye localizaciones espaciales de yacimientos y vías de comunicación (Carrero-Pazos et al, 2020;Prignano et al, 2019), cerámica doméstica (Carrignon et al, 2020), restos orgánicos (Orengo y Livarda, 2016), o ánforas (Bevan, 2014;Remesal et al, 2014); todas estas aplicaciones despliegan una variado arsenal de herramientas adaptadas a las distintas hipótesis de trabajo y evidencia disponible, e incluyen el análisis de conectividad (Rubio-Campillo et al, 2022), la simulación (Romanowska, 2015), los sistemas complejos (Brughmans et al, 2019), y el análisis de redes (Brughmans, 2013).…”