“…De este modo, en la construcción de género, se crea un prototipo de mujer que está relacionado con las exigencias de una sociedad patriarcal, y si esta no cumple los cánones impuestos sobre el "ser mujer", será objeto de rechazo social, censura, señalamientos y procesos destructivos de identidad (Gallo y Pareja, 2001). Por estas razones, la mujer en el escenario deportivo es concebida como un espacio de tráfico sexual (Conde, 2008), premisa que se ve reflejada en el comentario del entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien expresa que "las mujeres deberían jugar con ropa más femenina, por ejemplo, usar shorts más pegados, pues así lograrían que más personas vieran los partidos".…”