“…[3][4][5][6][7] Desde el inicio de la pandemia, la mayor parte de los países centroamericanos 8 y EEUU 9 cerraron sus fronteras, lo que ocasionó que personas migrantes en tránsito quedaran varadas en estaciones migratorias, albergues, campamentos improvisados o en situación de calle. 6,10 Las consecuencias de esta medida fueron de diferente tipo: se incrementó el riesgo de problemas de salud mental 11 y de contraer Covid-19, 12 y ocurrieron importantes tensiones sociopolíticas en las relaciones entre sociedad y gobierno, y entre los gobiernos de la región. 8 A pesar del cierre de fronteras, lo que tuvo importantes consecuencias en la movilidad internacional en la región, la migración continuó con una participación significativa de las mujeres como migrantes irregulares, solicitantes de asilo y refugiadas.…”