Resumen: El constituyente puede verse tentado a ser jurídicamente autista, al plagio normativo, a confundir sus papeles de legislador excepcional con los de legislador ordinario, a ser confuso, a mentir con promesas difícilmente realizables, a imponer autoritariamente su constitución y a creer que ella es perfecta. Tales tentaciones, si se las acepta, pueden conducir a una constitución conflictuada con el derecho internacional, o con cláusulas copiadas pero impracticables, ambiguas, falsas y defectuosas. Ello produce fenómenos de fracaso, frustración, rechazo colectivo y casi segura desconstitucionalización.