“…Dado su carácter obligatorio, la escuela puede y debe jugar un papel determinante en la promoción de AF, bien mediante programas apropiados de educación física (EF), oferta de actividades deportivas extraescolares o el fomento de recreos activos (Méndez-Giménez, 2016;Pallasá & Méndez-Giménez, 2016). En relación con los recreos, se han desarrollado diferentes estrategias encaminadas a aumentar la AF como, por ejemplo, organizar actividades dirigidas por un monitor/profesor, pintar el patio con zonas de juego multicolor, facilitar equipamientos o dotar a los patios de más estructuras físicas (canastas, porterías…) (Erwin, Ickes, Ahn, & Fedewa, 2014;Escalante, Backx, Saavedra, García-Hermoso, & Domínguez, 2011;Escalante, García-Hermoso, Backx, & Saavedra, 2014;Méndez-Giménez, Cecchini, & Fernández-Río, 2017;Stratton & Mullan, 2005). Si bien esta línea de investigación ha comprobado con cierto éxito los efectos inmediatos de los programas sobre los niveles de AF de los participantes, existe una laguna cuando se trata de comprobar el efecto que estos programas provocan en la motivación y en el deseo de los estudiantes de continuar realizando AF incluso fuera del contexto escolar.…”