“…El tema, que vincula mujer y frutas como sinónimo de placer, de la satisfacción de los sentidos, del ver, tocar y saborear, no es nuevo. El mismo podemos verlo reflejado en diversas obras de literatura, como en Libro del Buen Amor, el Decamerón (Lacoste y Castro, 2013) o los cuentos de Las Mil y una Noches (Lacoste, Castro y Yuri, 2012). Además, en representaciones pictóricas tradicionales, donde se relacionan simbólicamente a las frutas con los cuatro sentidos: olfato, gusto, oído y tacto, aludiendo además a vicios y virtudes: "Las flores y frutos hacen referencia a la belleza, simbolizando a mujeres y niños" (Rubio, 2011: 3).…”