En la segunda mitad del siglo xvii, la tripulación de las flotas y galeones de España a las Indias y viceversa se vio obligada a contratar capitanes, pilotos y marineros extranjeros, a pesar de su prohibición. Cierto número de ellos provenían de naciones enemigas y religiones heréticas. Quienes arribaban a Cartagena estuvieron expuestos a caer en manos del Tribunal de la Inquisición. El artículo tiene como propósito aprovechar varios documentos inquisitoriales que relatan la realización de una fiesta en 1690, un viernes en la noche, cuyos partícipes fueron acusados de reunirse a celebrar prácticas judías. Gracias a sus biografías fue posible recorrer con ellos sus experiencias de vida, aventuras, formas de pensar, creencias, diversiones e infortunios.