En este artículo reflexionamos sobre lo cómico de la novela Los cortejos del diablo (1970), del autor colombiano Germán Espinosa, a partir del papel que desempeñan la locura del inquisidor, Juan de Mañozga, y la degradación a la que sus áulicos y sirvientes lo someten. Para ello, establecemos un análisis contrastivo entre los planos ficcional e histórico, con base en planteamientos en torno a lo cómico tomados de Baudelaire, Bergson y Bajtín. Los aspectos cómicos que pierden a Mañozga, y que se asocian con brujas y demonios, justifican la presencia del inquisidor en la ciudad de Cartagena, así como el propósito de la Inquisición.