“…Para enfrentar las amenazas, violencias e inseguridades y sostener sus actividades cotidianas, las personas jóvenes -especialmente mujeres-desarrollan diversas estrategias de movilidad al interior y con el exterior del barrio: circular por determinados caminos; volver o salir de sus casas en ciertos horarios; procurar la compañía en otras personas -jóvenes o adultas-en las que confían; evitar las interacciones con personas potencialmente peligrosas. También, cuando pueden, cambian sus rutinas y eligen participar en instituciones u organizaciones sociales que les permitan asistir en horarios y por caminos que consideran más seguros(Tapia, 2015;Ramírez y Tapia, 2019).En narrativas como las de Purly (18 años, varón, AMBA) y Juana (20 años, mujer, AMBA), el intermundo barrial es significado como un punto de articulación de sociabilidades que, en torno al mantenimiento o recuperación de espacios públicos como plazas y canchitas de fútbol, brindan seguridad y lugares de encuentro:En el barrio están mis amigos, a ellos les cuento mis cosas, compartimos salidas juntos, boliches o fiestas, jugamos al fútbol dos veces por semana, vamos a campeonatos y ahí si ganamos compartimos la plata, compramos para tomar, para comer (pizzas o chorizos) para todos y compartimos. El barrio tiene eso, tengas o no tengas, siempre podés compartir.…”