la obra de arte en el siglo XX se caracteriza por una transformación ontológica que pasa a ser pensada como un proceso desde su concepción. El devenir aparece como un elemento de composición de la obra. Surge así la poética de lo efímero que bajo la condición de evanescencia cuestiona el precepto de perdurabilidad del arte. Ante el desafío de pensar el estado del arte desde la perspectiva de la poética efímera, se utilizó la filosofía de Vladimir Jankélévitch, un pensador que se caracteriza por rechazar la idea de sustancia, cuyo único plan es el de la eficacia. A partir de sus conceptos de casi-nada (presque-rien) y ocasión, fue posible comprender lo que el arte contemporáneo quiere comunicar con la asimilación de lo efímero. Así, este artículo es una reflexión filosófica sobre la cuestión: parte de la presentación del pensamiento de Jankélévitch; seguida de un análisis histórico-artístico del tema de la fluidez; para, finalmente, proponer una reflexión de la poética efímera basada en el pensamiento jankelevichiano.