“…Las viviendas de la hacienda eran de dos tipos, y por lo regular todas bastante precarias: la casa de los propietarios, conocida como la casa de la hacienda y las casas de los campesinos, las cuales podían estar dispersas en todo el territorio de la hacienda o agrupadas. En este contexto microambiental fue donde se logró consolidar la enfermedad de Chagas como una endemia rural expandida por amplias zonas del continente 20 . Si bien la trasmisión vectorial podía ocurrir tanto en la casa de la hacienda, como en la vivienda campesina, se daba más fácilmente en esta última porque, normalmente, no disponía de techo de tejas sino de paja, palma o algún otro material vegetal; y por lo regular las paredes eran de adobe o bahareque y no aplicaban un friso sobre las paredes para lograr un completo cerramiento de las grietas o hendiduras de la pared, pisos de tierra 21 y tenían, además, animales domésticos dentro de la casa 22 .…”