El objetivo de este trabajo es comprender y reflexionar sobre el significado de las principales prácticas que componen la trashumancia pehuenche realizadas por una comunidad en Lonquimay y cómo esta práctica, basada en el conocimiento ecológico local, construye y significa el habitar de un territorio de montaña de la Araucanía andina. Se postula que las prácticas desarrolladas por la comunidad durante el trayecto trashumante, poseen una significancia y valoración social, cultural, ambiental, identitaria y económica, que transforma a este territorio en un espacio donde la experiencia existencial del habitar es clave y pilar de su devenir.
Palabras clave: trashumancia, Andes chilenos, veranadas e invernadas, PehuencoEl debate sobre la construcción del espacio no es un asunto nuevo en la disciplina geográfica.Lefevre (1974) planteó en su obra, que el espacio es un producto de la sociedad que se construye a partir de complejas interacciones entre dimensiones materiales, sociales e ideológicas.Bajo esta lógica, cada persona o colectividad puede construir un "espacio propio", el cual estará fuertemente marcado por creencias, prácticas, costumbres y formas de relacionarse con otros actores y agentes, reconociéndose, por tanto, una concepción del espacio como una integralidad multidimensional (Torres, 2016). De igual forma, Núñez, Arenas y Sánchez (2017:1), señalan que el espacio es el "resultado de un proceso de significación que solo adquiere visibilidad como construcción social, involucrando una carga vital de perspectiva temporal". De acuerdo a Lefebvre (1974), existen tres aspectos fundamentales en la construcción del espacio: (i) las prácticas espaciales, referidas a lugares concretos y las características de los conjuntos espaciales de cada formación social, (ii) las representaciones del espacio o el espacio concebido, vinculado a las relaciones de producción y al "orden" que imponen esas relaciones y, por lo tanto, al conocimiento, a los signos y códigos y (iii) los espacios de representación, los espacios vividos, que son simbólicos y a menudo marginales de la vida social.Al observar las montañas como espacios construidos, estas pueden ser representadas y leídas a través de distintos elementos que las distinguen a lo largo del tiempo. Bailly (2013) señala que tradicionalmente, estas han sido presentadas como fronteras naturales, que permiten separar Resultado del proyecto FONDECYT de Iniciación N°11140493. La autora agradece a todos los miembros de la comunidad Pedro Currrilem, especialmente a su Lonkgo por su disposición a participar en este trabajo y por compartir sus conocimientos de la montaña y del pueblo pehuenche.Extiendo mi gratitud a Patricio Tenorio, Marcelo Hernández, Ana Jara y Daniela Caifil estudiantes tesistas de este proyecto de investigación, quienes colaboraron activamente en la recopilación de información.
La práctica trashumante como una representación social de los territorios de montañaEn su acepción más amplia, la trashumancia es definida por Pérez y Mateo (2011) como un sistema tradiciona...