La percepción del colectivo médico sobre la gestión del proceso de desvinculación

Abstract

Resumen: El concepto y el proceso de desvinculación están evolucionando rápidamente. El objetivo del artículo es conocer las percepciones de los profesionales de la medicina de Cataluña (España) sobre el proceso de desvinculación e identificar estrategias y configurar propuestas que permitan un ajuste más satisfactorio. Mediante una aproximación cualitativa, se han realizado 16 entrevistas en profundidad a personas clave del contexto sanitario (fase 1) y 6 grupos focales a 72 personas, atendiendo a criterios muestrales (fase 2). El análisis es interpretacional, siguiendo los supuestos de la Grounded Theory. La comparación y triangulación constante de los resultados generados por las diferentes técnicas e investigadores muestra la representación social que tiene la organización sanitaria actual, inmersa en el nuevo modelo de gestión pública, sobre el colectivo médico y su proceso de desvinculación. En este sentido, la jubilación es vista como un tema personal y ajeno a las políticas de recursos humanos, más interesadas en rejuvenecer plantillas con un “coste” menor. Ante esta situación se proponen alternativas que valoren la pericia y experiencia del médico antes de desvincularse de la organización sanitaria.

Jubilación, una mirada amable en El médico de Budapest (2020)

“…Aunque en nuestro actual modelo social, la jubilación como cese de la actividad laboral es un derecho social y se trata de un fenómeno que afecta a la casi totalidad de los ciudadanos, la adaptación al nuevo rol que representa la desvinculación del trabajo es un reto que supone auténticas dificultades a uno de cada tres jubilados 2,3 , esto sin obviar las repercusiones que traerá consigo a nivel demográfico en general o en la sostenibilidad de los Sistemas de Salud la jubilación masiva de profesionales que se espera en las próximas décadas 4 .…”

El inicio del fin de una etapa: la jubilación

“…En relación a la agencia, la jubilación es, o debería ser, otro proceso de toma de decisión: nos retiramos, nos retiramos parcialmente o no nos retiramos (Ekerdt et al, 1996). Sin embargo, la opción de jubilarse no siempre proviene de una elección propia, a menudo es una norma impuesta y, de la misma forma que sucede en otras situaciones de nuestro día a día, los efectos varían considerablemente cuando las decisiones son propias o no lo son (Monreal-Bosch et al, 2017). Por ello, un locus de control interno en la decisión de jubilarnos hará que nos sintamos más satisfechos con esta nueva etapa (Alcover y Crego, 2008;Gall et al, 1997).…”

“…Ante esta situación, las organizaciones y sus responsables deben desarrollar prácticas flexibles (Selva y Tresserra, 2014) que respondan a las necesidades de retiro de sus trabajadores (Davies et al, 2018). En la literatura se pueden hallar diferentes hipótesis respecto al motivo por el cual no se llevan a cabo prácticas de RRHH que faciliten la salida de los trabajadores del mundo laboral, siendo recurrentes las que señalan que el envejecimiento de la fuerza de trabajo acontece una carga para las organizaciones (Shultz y Henkens, 2010) o que la jubilación es un asunto individual y que, por ende, queda fuera de la potestad de la organización (Monreal-Bosch et al, 2017). Estos motivos pueden contribuir a que las organizaciones sientan que no tienen ninguna responsabilidad sobre este colectivo.…”

“…El retiro de la etapa laboral configura un cambio en el día a día de aquellas personas que la experimentan, hecho por el cual diferentes autores señalan que la jubilación acontece un hito que representa el fin de una parte de nuestras vidas (e. g., Galvanovskis y Villar, 2000). Y es que el trabajo, por lo general, conforma uno de los roles centrales de la adultez hasta que se produce la jubilación, o lo que es lo mismo, la desvinculación natural de la actividad profesional (Monreal-Bosch et al, 2017;Sahagún et al, 2014). Llegados a este punto, deberemos llevar a cabo un proceso de adaptación basado en la superación de diferentes etapas que nos permitirá desvincularnos del entorno laboral y ajustarnos al nuevo rol de jubilado (Atchley, 1975;Hewitt et al, 2010).…”

Educational Program for Retiring Persons: A Community Experience in Cienfuegos Province, Cuba

“…[10] In 2009, Social Security Law 105/08 increased the minimum retirement age for men to 65 and to 60 for women, with a 5-year transition period, during which the retirement age was gradually increased until reaching those set by the new law. [11] On average, Cubans will live between 13 and 20 years after the set retirement ages (although retirement is not obligatory), taking into consideration the differences in life expectancy between men and women (men at 76.50 years and women at 80.45). [2] This paper describes a community-based program in the Santa Isabel de las Lajas Municipality in central Cuba's Cienfuegos Province.…”