Hace exactamente 100 años, en el mes de julio del año 1913 y en vísperas del inicio de la Gran Guerra -acontecimiento que puede considerarse el principio histórico del siglo XX-, se publica en Alemania un libro extraordinario con el títu-lo de Psicopatología general. "Una guía para los estudiantes, médicos y psicólogos (Allgemeine Psychopathologie. Ein Leitfaden für Studierende, Ärzte und Psychologen)". Esta excepcional obra, junto con el Tratado de Psiquiatría de Emil Kraepelin, fundador de la nosología psiquiátrica moderna que la precedió, marca un hito en la historia de la psiquiatría, tal como ahora la conocemos y practicamos.Su autor, Karl Jaspers, joven médico de apenas treinta años de edad, había nacido el 23 de febrero de 1883 en la ciudad de Oldenburgo, Alemania, en el seno de una familia liberal de clase media alta que por muchas generaciones había radicado en esa región. Una vez concluida la educación fundamental en su ciudad natal y ya desde entonces inclinado intelectualmente a la filosofía, para complacer a su padre inició en 1901 sus estudios de Leyes en la Universidad de Friburgo, mismos que a los pocos meses tuvo que interrumpir al presentar síntomas de incapacidad respiratoria, cuyo diagnóstico fue bronquiectasis. A pesar de las serias limitaciones ocasionadas por esta enfermedad, que continuarían a lo largo de su vida, después de ser sometido a tratamiento y un periodo de recuperación, su notoria tenacidad en todas las tareas que emprendió a lo largo de su vida determinó que en octubre de ese año reanudara sus actividades acadé-micas. Fue así que se matriculó en la Universidad de Heidelberg para continuar sus estudios de Derecho; para cubrir las materias optativas que exigía la enseñanza de la época, diseñó un amplio y ambicioso programa que incluyó la asistencia a seminarios de filosofía, de arte y el de psicología experimental que entonces presidía Emil Kraepelin, Director de la Clínica Psiquiátrica de esa Universidad. Éste habría de ser su primer contacto con las ciencias de la salud mental.Nuevamente, por su precaria salud se ve obligado a suspender sus estudios. En la primavera de 1902 viaja a Italia y a su regreso a Alemania cursa el semestre de verano en Derecho, ahora en la Universidad de Munich. Sin embargo, ya que continuaba enfermo y su recuperación no era todavía aceptable, por consejo de sus médicos y como parte del tratamiento de su afección de vías respiratorias, en el mes de agosto se retira a las montañas de Sils Maria, en Suiza. En la tranquilidad del campo medita seriamente sobre su futuro y decide abandonar sus estudios en Derecho para dedicarse a la ciencia como un paso previo al estudio de la Filosofía que siempre fue la disciplina que más le interesó y a la que terminó por consagrar su vida entera. Para ello necesitaba convencer a su padre -quien financiaba sus estudios e insistía en que su hijo fuera abogado-de que su interés primario era la ciencia y no las leyes. Sus negociaciones tuvieron éxito y su padre aceptó continuar financiando sus estudios; en el semestre de i...