La intersectorialidad ha sido reconocida internacionalmente como un modelo de gestión integral necesario para abordar las políticas del Sistema de Protección Social que buscan disminuir los efectos de la multicausalidad de los problemas sociales. En torno a ello, el principal desafío hoy en día recae en su implementación, por lo que resulta indispensable conocer, para el caso chileno, cómo funciona, así como cuáles son los factores que median su éxito, con el fin de generar retroalimentación para su posterior implementación. Es por ello por lo que este artículo busca responder a aquellas interrogantes tomando el caso del Programa Familias, a través del cual se busca superar uno de los desafíos mundiales más grandes, como lo es la extrema pobreza. De esta manera se revisarán las propuestas de diferentes autores que, a pesar de la poca data que sostiene la intersectorialidad aún, han problematizado sobre ella en torno a los factores que inciden en la intersectorialidad, ahondando en la coordinación pro integralidad, con sus enfoques técnicos y políticos propuestas por Fabián Repetto (Repetto, 2009 b, 2009 a, Repetto et al, 2015), o desde los enfoques de la comunicación y colaboración como factores que desarrollan autores como Winkworth and White (2011), Cunill-Grau (2014 b), Corbett and Noyes (2008), todo en el marco del rol intersectorial en las políticas sociales. Relacionándose así, al rol intersectorial, el funcionamiento del Programa Familias desde las lógicas de vulnerabilidad y pobreza, así como en relación a los diferentes componentes que trazan la política.