ResumenDurante las últimas tres décadas se ha afirmado que la población indígena de Costa Rica al momento del contacto con los europeos en el siglo XVI ascendía a unos 400 000 habitantes. Un siglo atrás el obispo-investigador Bernardo Augusto Thiel había propuesto la cifra de 27 000 habitantes en los territorios correspondientes a la República de Costa Rica, cifra que se consideró errónea. En este trabajo se plantea que los cálculos de Thiel son más concordantes con el análisis de la información etnohistórica, con las investigaciones arqueológicas recientes, así como con las investigaciones antropológicas relativas a los cacicazgos.Palabras clave: Demografía; etnohistoria; arqueología; antropología; cacicazgos. AbstractDuring the last three decades most texts on local History of Costa Rica have estimated that 16 th . Century indigenous population in Costa Rica at the time of first encounters with European explorers was about 400 000 individuals. Questioning this figure, this study found that data advanced a century earlier by bishop and researcher Bernardo Augusto Thiel were ultimately more accurate and realistic (27 000 native inhabitants for the whole country). This article demonstrates based on ethno-historical reports, recent archeological findings and recent anthropological research undertaken on the study of chiefdoms, all sources analyzed for the purpose of this text, that Thiel's figures are more correct than the numbers of hundreds of thousands of people adopted in the last decades.
Durante casi todo el siglo XX los investigadores dieron por sentado que la región del Amazonas en Brasil, el Petén en Guatemala, Belice y sur de Yucatán eran territorios cuyo tipo de suelos, vegetación y clima no eran aptos para sustentar una agricultura productiva, sostenible a largo plazo y capaz de sustentar grandes concentraciones de población, ni sociedades complejas en la época precolombina. No fue sino hasta finales de la centuria pasada que gracias a las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas de las últimas décadas se modificó tal visión. La información reciente viene a probar que tanto en la Amazonía como el Petén sus pobladores fueron capaces de implementar técnicas de producción agrícola adaptadas a la ecología de la región, capaces de generar excedentes suficientes para un gran crecimiento poblacional. Esto posibilitaría la aparición de sociedades no solo de gran densidad demográfica sino también de gran complejidad social.
Este trabajo sigue la pista de aquellos estudiosos quienes, a lo largo de las centurias posteriores a la conquista española y hasta el siglo XXI, asumieron la tarea de recopilar y preservar la memoria de la sociedad prehispánica sobre su propia historia y difundirla para la posteridad. En esta empresa, destacan dos figuras trascendentales, unidas por el hilo conductor de una profunda vocación por la recopilación, comprensión y difusión de la memoria histórica de los pueblos del Anáhuac. Ellos son Bernardino de Sahagún y Miguel León Portilla. El fraile Sahagún, a partir de mediados del siglo XVI, se abocó a la exhaustiva tarea de rescatar dicha memoria recurriendo a informantes y eruditos aztecas entendidos en su cultura y su propio pasado. Además los propios indígenas, así como mestizos de una primera generación procuraron recuperar la historia de los pueblos de México, previo a la llegada de los españoles y escribieron su propia interpretación de la conquista europea. Siglos más tarde, el historiador, antropólogo y filósofo mexicano Miguel León Portilla, desde mediados del siglo XX, se dedicaría a la extensa labor de compilar publicaciones, documentos y narraciones y publicar sus escritos a fin de que se comprendiera y difundiera la historia y cultura de los pueblos del México Antiguo. También, durante ese lapso de cuatrocientos años que separan la obra de ambas figuras, otras investigaciones darían continuidad a la obra iniciada por Sahagún, contribuyendo así con esta enorme empresa cultural. Destacan entre estos estudiosos Carlos Sigüenza y Góngora en el siglo XVII, Francisco Javier Clavigero en el siglo XVIII y Alfredo Chavero en el siglo XIX. En el siglo XX la figura más destacada fue el investigador Miguel León Portilla, cuyos trabajos son notables por la profusión de información, el análisis y su labor en la difusión de la extraordinaria historia y el legado cultural de los pueblos prehispánicos del Anáhuac.
scite is a Brooklyn-based organization that helps researchers better discover and understand research articles through Smart Citations–citations that display the context of the citation and describe whether the article provides supporting or contrasting evidence. scite is used by students and researchers from around the world and is funded in part by the National Science Foundation and the National Institute on Drug Abuse of the National Institutes of Health.
hi@scite.ai
10624 S. Eastern Ave., Ste. A-614
Henderson, NV 89052, USA
Copyright © 2024 scite LLC. All rights reserved.
Made with 💙 for researchers
Part of the Research Solutions Family.