El adverbio temporal altiro, aunque fue tratado en un principio como un americanismo, es hoy una marca característica del español de Chile. Su origen desde el sustantivo tiro hasta la forma univerbal actual, pasando por el estado de locución, es explicable como un proceso de gramaticalización, basándose en expansiones metafóricas conceptuales que relacionan espacio y tiempo. A partir de sus primeros registros a fines del siglo XIX, esta expresión se ha fijado con alta frecuencia en el habla chilena, extendiéndose desde un origen popular hacia el registro coloquial de todos los niveles diastráticos.