La telefonía ha sido una de los servicios urbanos que más esfuerzo ha invertido en ocultar la infraestructura necesaria para su funcionamiento. Las centrales, que son contenedores técnicos de equipos, tuvieron que instalarse en el centro de las ciudades por necesidades técnicas. Desde los inicios del negocio se procuró que los edificios se pareciesen lo más posible alos del entorno en el que se emplazaban. Esto ha hecho que recibieran poca atención entre los investigadores de la arquitectura industrial. Externamente no parecen una factoría y el acceso a su interior, donde este carácter se revela de forma descarnada, está muy limitado al personal de las compañías propietarias. En este artículo se describe cómo se elaboraron las ideas que guiaron el desarrollo de la arquitectura telefónica en su periodo clásico, y cómo ese modelo de origen estadounidense se implantó en España a partir de 1924.