“…Esto pone de manifiesto que este grupo de población constituye una fuerza de trabajo que está en la cúspide de su vida laboral y que requiere de un buen empleo para tener una buena calidad para proyectar su futuro; sin embargo, lo que Contreras (2014) y García (2018) registraron en sus investigaciones realizadas en la región del Valle del Mezquital fue que retornados regresaban sin ahorros, ni inversiones productivas en el lugar de origen. Asimismo, para Contreras (2018), los migrantes provenientes de dicha región se caracterizaron por un retorno descapitalizado, específicamente de la falta de recursos económicos. A pesar de estas características, los migrantes retornados echan mano de otro tipo de capitales 3 que se traducen en los aprendizajes, las experiencias o la especialización en algún oficio, además, por supuesto, de la puesta en marcha de sus capitales sociales y culturales (diversas redes sociales, construcción e incorporación de valores y formas de vida).…”