“…Todos los datos de los pacientes bajo la atención de Osakidetza se registran en una única base de datos electrónica unificada y se mantuvieron de forma confidencial. Expertos analistas recuperaron datos de todos los casos positivos detectados durante el periodo de estudio, incluidos datos sociodemográficos (edad, sexo, lugar de residencia), vacunación frente a la COVID-19 (fecha, dosis, tipo de vacuna), comorbilidades basales (todas las incluidas en el índice de comorbilidad de Charlson, más angina de pecho, arritmia, hipertensión arterial, dislipidemia, asma, bronquiectasias, fibrosis quística, enfermedad pulmonar intersticial, linfoma, leucemia, coagulopatía, enfermedad inflamatoria intestinal, hemorragia gastrointestinal), tratamientos basales prescritos (basados en el sistema de clasificación anatómica, terapéutica, química o código ATC), signos vitales (temperatura corporal, presión arterial, frecuencia cardiaca y saturación de oxígeno -SatO 2 ) [10][11][12] , otros datos de referencia relacionados con la atención prestada en entornos hospitalarios o de atención primaria, (incluyendo las fechas de ingreso y alta hospitalaria, y si los pacientes fueron ingresados en una unidad de cuidados intensivos -UCI-) y el estado vital. Con respecto a los signos vitales, definimos clases de riesgo de la combinación de frecuencia cardiaca y presión arterial diastólica-sistólica tal y como se presenta en https://emergencias.portalsemes.org/images/MATERIAL-SUPLEMENTARIO-4200.…”