“…Por su parte, Muarifah(26), obtuvo en su investigación una relación significativa entre la autoestima y la agresividad; coincidiendo con Estévez López et al(27), Mynard y Joseph(28), cuando afirman que los adolescentes agresivos poseen un nivel de autoestima baja a diferencia de aquellos que no tienen problemas de conducta. Para Donnellan(29) y Pérez-Gramaje (2), los adolescentes agresivos presentan una autoestima más baja, además de exhibir otras conductas no saludables, como consumir drogas.Los resultados antes expuestos se contraponen a los obtenidos en el presente estudio, en el que se ha demostrado que no existe relación entre la autoestima y la agresividad, de este modo, el hecho de que los adolescentes sean agresivos no se explica desde un nivel de autoestima bajo, promedio o alto, lo que coincide con lo obtenido por Olweus(30), Rigby y Slee(31), quienes sostienen que los agresores, en su investigación, tienen un nivel de autovaloración positivo y poseen un nivel de autoestima medio, medio alto y alto en algunos casos.Al analizar los niveles de agresividad, los resultados de esta investigación concuerdan con los presentados por Pronina y Gerasimova(32), que obtienen, en un estudio con adolescentes de diferentes etnias en Europa, que el 38,5 % presentan niveles altos en esta dimensión; lo que coincide con Silva (13), que obtiene el 52,9 % de este nivel en los encuestados.Con relación a la agresión verbal, se concuerda con Arancibia(33), cuando obtiene el 28,0 % de estudiantes con nivel medio de agresividad, ya que en el presente estudio se determinó que el 30,0 % manifiestan este nivel en la dimensión. De manera similar se comporta la agresión física, respaldado con los resultados de Tasayco (34), donde el 41,2 % manifestó niveles altos de agresión física y el 47,1 % de agresión verbal, de lo cual se infiere que estas dimensiones son poco controladas a causa de un nivel pobre en el desarrollo de la inteligencia emocional, como se puede comprobar en el estudio de Saura (35), donde los adolescentes con altas puntuaciones en agresión física, agresión verbal, hostilidad e ira presentaron puntuaciones significativamente más bajas en inteligencia emocional.Resulta necesario mencionar que en los hallazgos de Ruidias y Vásquez (36), se encontró que el 48,0 % de los estudiantes en edad adolescente presentaban un nivel alto de agresividad; estos datos podrían explicarse desde la perspectiva neurocientífica, variables del sistema nervioso central y periférico como los cambios hormonales, los niveles de estrés, el aislamiento, y la influencia con mayor protagonismo del sistema límbico emocional y el sistema de recompensa tornan al adolescente más irritable, impulsivo y emotivo con reacciones más instintivas y riesgosas propias de su edad de maduración cerebral y propia de un cerebro con pocos recursos de inhibición conductual.CONCLUSIONESLos resultados obtenidos muestran que no existe correlación entre la autoestima y la agresividad en el grupo estudiado, por lo que se concluye que, no necesariamente por poseer niveles bajos de autoestima, el constructo agresividad se encuentra presente en niveles elevados.…”