En 1905, un grupo de educadoras fundó la Sociedad Protectora de la Infancia de La Plata, Argentina, con el propósito de proveer a estudiantes pobres de alimento, vestimenta y libros. Para eso, la asociación auspició una biblioteca, que enseguida se contó entre las más concurridas de la ciudad.
El hecho de que la sociedad y su biblioteca anexa fuera dirigida exclusivamente por un núcleo de educadoras, resulta un aspecto distintivo de su trayectoria en un contexto en que las bibliotecas populares solían ser dirigidas por elencos masculinos.
El objetivo de este trabajo es analizar el papel de la Sociedad en tanto ámbito de sociabilidad femenino, examinando para eso las prácticas, tanto tradicionales como novedosas, llevadas adelante por sus socias. En décadas caracterizadas por la exclusión femenina de los derechos civiles y políticos, se concluirá que la experiencia asociativa catapultó ciertas formas innovadoras de participación femenina en la esfera pública.