“…Lo trataba con un tono familiar fundado en la convicción de la paternidad espiritual del pontífice 52 . Por eso la santa llamaba "padre" al romano pontífice de distintas maneras: "padre" 53 , "padre mío" 54 , "papaíto" 55 , "dulce padre" o "papá" 56 , "santísimo padre" 57 , "dulce papaíto" 58 , "benigno padre mío" 59 , "padre en Cristo" 60 . En algunas epístolas antes de pedirle algo importante, como trasladarse a Roma o cambiar aspectos de su carácter 61 , lo trata de manera muy afectuosa 62 .…”