“…Además, descubrieron que casi ninguna de las madres de su estudio hablaba sobre las letras o los sonidos durante la lectura, y que solo algunas pocas invitaban a sus pequeños a leer alguna parte del texto. Por el contrario, el patrón más habitual parece ser hablar sobre el significado de lo leído, comentar las ilustraciones y hacer hipótesis sobre las historias escuchadas, conectarlas con situaciones de su vida cotidiana…, esquema que parece repetirse en contextos escolares (Hindman et al, 2008). De Temple y Tabors (1994), por su parte, cifran los siguientes cuatro estilos paternos en la lectura de libros: (a) lectores directos, quienes leen en voz alta el relato y de vez en cuando hacen alguna pausa para discutir sobre la lectura; (b) lectores interactivos estándar, aquellos que sistemáticamente se paran durante la lectura y discuten la historia; (c) no lectores, quienes pasan las páginas y discuten sobre el libro, pero en realidad no lo leen; y, finalmente, (d) lectores recitadores, que piden al niño que repita frase por frase después de cada fragmento de lectura del libro.…”