“…En el conjunto del Estado, entre 1987 y 1997, el abandono del hábito tabáquico en los varones aumentó en todas las edades, mientras que en las mujeres lo hizo sólo entre las de 25-44 años pertenecientes a una clase social con actividades de tipo no manual 7 . Además del sexo, el nivel socioeconómico ha sido identificado como una variable de gran trascendencia para explicar las tendencias del consumo de tabaco 8 .En nuestro medio, de forma similar a lo observado en otros países del sur de Europa, se ha descrito en los años ochenta que la disminución del consumo se ha producido en primer lugar entre los varones de clases sociales más aventajadas, mientras que entre las mujeres se ha producido, en el mismo período, un marcado aumento de la prevalencia en las clases menos privilegiadas, sobre todo en los grupos de edad más jóvenes 7,9,10 . En las mujeres de mayor edad, las prevalencias más elevadas se observan todavía entre las clases sociales más aventajadas, lo que indica que nos hallamos en la fase 3 de la epidemia, según el modelo de difusión del tabaquismo descrito por López et al 8 , mientras que los países anglosajones se hallarían en la fase 4, caracterizada por un consumo mayor en las clases menos privilegiadas, tanto en varones como en mujeres 11 .…”