“…En este sentido, se hace imprescindible encontrar evidencias de la discriminación por ser mujer, lo que conlleva la realización de estudios empíricos complejos o de experimentos de campo difíciles de implementar en muchos ámbitos. Dadas estas dificultades, se opta por aproximar la discriminación a través de índices que cuantifican las diferencias en la participación entre hombres y mujeres (brechas de género) en diferentes ámbitos, como el mercado laboral, el sistema educativo, la salud, la legislación, la violencia o incluso las creencias sociales, entre otros (Escot et al, 2023). Los indicadores de brechas de género deben ser diseñados con la intención de que estén disponibles para el mayor número de regiones posible y tengan una continuidad temporal que permita comparar y evaluar el grado de consecución de los objetivos y sirva de herramienta para orientar las políticas públicas.…”