“…Básicamente, se sostiene que la incorporación de políticas de género, entendidas como la inclusión en la agenda política de medidas especí camente destinadas a la consecución de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, depende, además del activismo de los movimientos de mujeres, fundamentalmente de dos factores: presencia y maquinaria de género. En concreto, el primero se re ere al hecho de que entre las autoridades públicas existan mujeres, pues en la medida en que estas constituyan un grupo lo su cientemente grande, si se quiere, una masa crítica (Dahlerup 1988;2006a;2006b), podrán introducir asuntos de género en la agenda de actuación pública (Philips 1995). Sea por su acción directa al proponer iniciativas, sea porque su presencia crea un "ambiente" favorable a los asuntos de género, el aumento de la presencia de mujeres en las cámaras representativas suele explicar la inclusión de asuntos o políticas de género (Actchinson y Down 2009;Grey 2006;Mateo, 2005;Mazur 2002).…”