“…Específicamente, los feminismos transnacionales se nutren del legado de los feminismos racializados, de clase, poscoloniales y decoloniales, indígenas, disidentes, lesbianos, queer y buscan descolonizar el universalismo de las propuestas hegemónicas que "considera(ba)n a las mujeres blancas, cisgénero, de clase media y heterosexuales como sujetos del feminismo" (Castro y Spoturno, 2020, p. 16), lo cual devela una visión monolítica y unidimensional del género. En particular y en relación con la reconfiguración del ethos por parte de la figura Traductora (Spoturno, 2017) en Todos deberíamos ser feministas, este se revela como un ethos femenino traducido, es decir, las elecciones en la traducción y las marcas dialógico-polifónicas proponen instrucciones de lectura que no se manifiestan en los feminismos, plurales y transnacionales, latentes en el texto fuente como veremos en la siguiente sección. En efecto, queda por comprobar a través del análisis de casos si la subjetividad femenina del texto primigenio se encuentra atenuada y tamizada por la subjetividad (patriarcal) del Traductor en el texto traducido.…”