0. Introducción 0.1. Se suele decir que el período que abarca las últimas décadas del siglo XV y las primeras del XVI constituye una etapa sumamente importante en la historia de la civilización hispánica a lo largo de la cual da sus últimos suspiros la Edad Media para ceder paso definitivamente a algo completamente nuevo. Por una parte, desde el punto de vista político-económico, con el descubrimiento del Nuevo Mundo aumenta el prestigio del estado español unificado recién nacido, que pronto se convierte en una potencia universal, en un enorme imperio con esperanzas realísticas de una venidera prosperidad tanto política como económica. Por otra parte, en el terreno artísticocultural, nacen nuevos ideales, nuevos modelos artísticos, aunque todavía coexisten con elementos considerados medievales, despreciados por los humanistas durante el reinado de los Reyes Católicos. 1 Es decir, se trata de una transición que conduce desde la Edad Media hacia el Renacimiento. 0.2. A finales del siglo XV o a principios del XVI nace, pues, La Celestina, una de las primeras obras españolas que consiguen éxito internacional en la Europa contemporánea, y, sin duda, una de las obras más importantes de la literatura universal. Esta obra, ni medieval ni renacentista según Castro, representa este período de transición en que se transforma el sistema de valores sociales, morales. Al mismo tiempo, conviene recordar que en la época en cuestión no sólo se producen transformaciones sociales, culturales, históricas, sino también lingüísticas. Durante la segunda mitad del siglo XV y la primera del XVI se produce una larga serie de innovaciones tanto en la fonología como en la morfosintaxis y en el léxico del español, que después de una etapa de coexistencia sustituirán a las soluciones antiguas heredadas del castellano medieval. Un indicio de la existencia de un cambio lingüístico en vías de desarrollo es precisamente la coexistencia de variantes lingüísticas, es decir, la existencia de alternativas elegibles libremente que sirven para expresar el mismo contenido. Así, por ejemplo, en el latín clásico ciertos casos de la declinación eran equivalentes a construcciones preposicionales y, en una fase posterior de la evolución del latín, éstas últimas sustituyeron del todo a aquéllos. 2 En esta fase de la historia de la lengua española abundan los casos de alternancia libre, lo cual significa que se trata de un * El presente trabajo reúne parte de los resultados de unas investigaciones realizadas de acuerdo con el contrato de investigación firmado con OTKA (No. F 030682). 1 Véase Lapesa (1988: 265-274).2 En relación con los cambios morfológicos realizados durante la evolución del latín Herman (1997) dice lo siguiente: "Desde el latín clásico, ciertos casos simples eran equivalentes, a veces del todo y otras en algunos matices, a las construcciones preposicionales; se podía decir mittere litteras ad aliquem como mittere litteras alicui; […] Estos giros eran