The Order of Concurrent Training Does not Affect Soccer-Related Performance Adaptations

Abstract

Despite the wealth of evidence regarding physical training strategies in soccer, there is little information regarding soccer-specific concurrent training and the effects of training order. The current study aimed to: i) quantify the effects of concurrent high-intensity run-based training (HIT) and strength- and power-based training (STR) on soccer-specific performance, and ii) investigate the order effect of completing HIT and STR either first or second within training sessions. Eighteen semi- and fully-professional players completed a battery of field- and gym-based tests before and after a 5-week pre-season training intervention. Players were pair-matched and completed 3 sessions per week of HIT followed by STR (n=9) or STR followed by HIT (n=9). ANCOVA tests revealed no differences between groups for changes in any of the measures (p>0.05). However, a training effect was observed for all measures (p<0.05), with 10-m sprint, 6×30-m repeated sprint, 40-m agility and Yo-Yo test performances improving by 1.8±2.6%, 1.3±1.8%, 1.0±1.5% and 19.4±23.4%, respectively (n=18). In conclusion, there was a positive effect of the concurrent training approach on key measures of soccer performance, but the order of completing HIT and STR appears inconsequential to performance adaptations.

The Yo-Yo Intermittent Tests: A Systematic Review and Structured Compendium of Test Results

“…Computation of YYIR2 test global means, SDs and quantiles (Figure 3) involved 116 studies/subgroups reporting on 2,478 participants (median age = 23.2 years, IQR = 20.7–26.0 years) (Young et al, 2005; De Souza et al, 2006; Krustrup et al, 2006; Thomas et al, 2006; Mohr et al, 2007, 2016; Iaia et al, 2008, 2015, 2017; Morton et al, 2009; Rampinini et al, 2010; Rebelo et al, 2010; Thomassen et al, 2010; Christensen et al, 2011; Chuman et al, 2011; Mooney et al, 2011, 2013a,b; Roberts et al, 2011; Ueda et al, 2011; Gunnarsson et al, 2012; Ingebrigtsen et al, 2012, 2013, 2014; Nakamura et al, 2012; Saunders et al, 2012; Wells et al, 2012, 2014; Bassini et al, 2013; Buchheit et al, 2013; McGawley and Andersson, 2013; Mohr and Krustrup, 2013, 2014, 2016; Owen et al, 2013; Pivovarniček et al, 2013; Yuki et al, 2013; Fanchini et al, 2014; Karavelioglu et al, 2014; Lollo et al, 2014; Miloski et al, 2014; Nunes et al, 2014; Sampaio et al, 2014; Skovgaard et al, 2014; Brocherie et al, 2015a,b; Cholewa et al, 2015; Coelho et al, 2015; Gatterer et al, 2015; Hogarth et al, 2015a,b; Jamurtas et al, 2015; Krustrup and Mohr, 2015; Leme et al, 2015; Mara et al, 2015; Matta et al, 2015; McLean et al, 2015; Michalsik et al, 2015; Mohr, 2015; Rogan, 2015; Stein et al, 2015; Boer and Van Aswegen, 2016; Bouaziz et al, 2016; Chan et al, 2016; Inness et al, 2016; Joo, 2016; Kilit and Arslan, 2016; Lockie et al, 2016a,b,...…”

Implementing concurrent-training and nutritional strategies in professional football: a complex challenge for coaches and practitioners

“…Few studies have investigated the long-term effect of concurrent-training sequence (Bell et al 1988;Collins et al 1993;Gravelle and Blessing 2000;Chtara et al 2005;Chtara et al 2008;Small et al 2009;McGawley and Andersson 2013). Those who have investigated the effect of concurrent-training sequence have reported conflicting results, although such studies have used untrained participants and diverse concurrent-training protocols unlike those used by professional football teams.…”

Agility training in football players: a systematic review

“…La combinación del entrenamiento de fuerza, bajo alguna de las dos modalidades indicadas anteriormente, y de resistencia (McGawley & Andersson, 2013) también ayudan a mejorar el rendimiento en agilidad. A los beneficios del entrenamiento de fuerza explicados anteriormente cabe añadir los de resistencia; en este sentido, el entrenamiento interválico de alta intensidad comúnmente usado, de 4 repeticiones de 4 minutos al 90-95% de la frecuencia cardíaca máxima, con 3 minutos de recuperación entre repeticiones, permite mejorar la condición aeróbica, además de la intensidad de trabajo medio, la distancia recorrida en un partido de fútbol, así como el número de intervenciones con el balón, y el total de esprines realizados en dicho partido (Helgerud, Engen, Wisloff, & Hoff, 2001;Impellizzeri et al, 2006); en este sentido, la agilidad implica un desplazamiento rápido con cambio de sentido, la mejora en los esprines que se consiguen con el entrenamiento de resistencia justificaría el aumento de rendimiento en agilidad.…”

“…También se ha observado que combinar el entrenamiento de fuerza y resistencia en futbolistas profesionales con una edad media de 23.4 años, durante 5 semanas, a razón de 3 veces por semana, permite mejorar la agilidad un 1% de media (McGawley & Andersson, 2013). Este estudio demostró que el orden en el que se realice fuerza o resistencia no afecta a la mejora en la agilidad, de tal modo que cuando se entrenó primero resistencia y luego fuerza, la mejora fue de un 1.1%, mientras que cuando se entrenó primero fuerza y luego resistencia, la mejora fue de un 0.9%; sin observarse diferencias significativas en el orden en el que se combinaban ambos entrenamientos (McGawley & Andersson, 2013).…”

“…Este estudio demostró que el orden en el que se realice fuerza o resistencia no afecta a la mejora en la agilidad, de tal modo que cuando se entrenó primero resistencia y luego fuerza, la mejora fue de un 1.1%, mientras que cuando se entrenó primero fuerza y luego resistencia, la mejora fue de un 0.9%; sin observarse diferencias significativas en el orden en el que se combinaban ambos entrenamientos (McGawley & Andersson, 2013).…”