“…El sistema nervioso utiliza información sensorial proveniente de tres fuentes para mantener el control postural (Hewett, Paterno & Myer, 2002): los mecanoreceptores periféricos, la visión y el sistema vestibular. Además, existen diferentes estrategias para mantener el equilibrio, que varían dependiendo de la intensidad del estímulo desestabilizador y que impiden que el CDP caiga fuera de los límites de estabilidad; tales como la estrategia de tobillo y la estrategia de cadera (Herdman, 1989;Bernal, Faus & Bernal, 2006;Herman, Barton, Malliaras & Morrissey, 2012). La estrategia de tobillo rota el cuerpo alrededor de la articulación tibio-astragalina, produciendo principalmente esfuerzos de dirección antero-posterior.…”